Si nuestro vehículo es el medio de transporte que vamos a usar para salir de vacaciones, resulta indispensable revisar a profundidad algunos aspectos básicos.

El objetivo principal de esta revisión consiste en asegurarnos de que todo funcione correctamente y de esta manera evitar contratiempos inesperados que podrían arruinar el momento de esparcimiento y descanso.

Evaluación general

Lo primero que debemos evaluar es que los documentos y permisos para circular se encuentren vigentes. Recordemos que la ITV caduca cada cierto tiempo y este comprobante es un respaldo de que el coche está al día desde el punto de vista técnico. 

No obstante, en cuanto al vehículo propiamente dicho hay que verificar lo siguiente:

• Niveles de los fluidos y filtros: comprobar el nivel de los fluidos con el motor apagado, en frío y en una superficie plana, tales como el aceite del motor, refrigerante, líquido de los frenos, dirección y limpia parabrisas. Observar si algunos de los filtros requieren sustitución.  
• Estado de la batería: corroborar el nivel de la carga, tiempo de uso y que los bornes estén bien instalados. Revisión de cables y bujías.
• Condiciones de las luces: constatar que el sistema de alumbrado esté operativo, tenga la proyección adecuada y la intensidad suficiente.
• La presión de cada uno de los neumáticos y grado de desgaste: evaluar la profundidad del dibujo de todos los neumáticos, incluso el de repuesto. El estado de conservación es un factor a considerar junto a la adecuada presión interna.
• Funcionamiento del limpia parabrisas y lunas: la visibilidad depende del óptimo funcionamiento del limpiaparabrisas y lunas.
• Sistemas de dirección, frenos y suspensión: revisión de cada uno de estos sistemas para detectar si hay desgastes o deterioros importantes que atender.
• Accesorios auxiliares: incorporar los objetos necesarios en caso de emergencia. Triángulo, neumático de repuesto (en buen estado), gato, herramientas, entre otros.